Contacto

Pareja y relaciones

7 señales de que tu relación de pareja no es sana

¿Dudas de si tu relación es sana?

¿Te gustaría saber de qué pie cojea tu relación?

¿Quieres saber cómo mejorar tu relación?

 

Más allá de las cosas evidentes que nos indican que estamos en una relación dañina, hay otras de las que no es fácil darse cuenta de que están ocurriendo.

Por ello, hoy te traigo 7 señales que te pueden indicar que tu relación de pareja no es tan sana como piensas.

¡Vamos a ello!

Cuando en una relación de pareja uno siente que da o que recibe más que el otro, se produce un desequilibrio, donde seguramente sin buscarlo conscientemente, uno se pone por encima del otro.

Estos desequilibrios generan malestares internos en la pareja, pueden generar deuda, o que uno no llega a devolver lo que ha recibido, incluso el que recibe más puede sentir que está recibiendo más de lo que puede sostener, o que el que está dando más sienta que el otro no le corresponde.

Identificar estas dinámicas en tu relación es importante para pararlas y reequilibrarlas cuanto antes.

Los reproches nunca llevan a buen puerto, pero menos aún cuando se deben a unas altas expectativas, en muchos momentos irreales de lo que debe ser una relación, de cómo se tiene que comportar mi pareja, lo que tiene o no que hacer, etc…

Cuando un miembro de la pareja tiene unas expectativas irreales, muy posiblemente se va a frustrar porque la relación no le va a dar lo que espera y se lo acabará reprochando al otro.

Las luchas de poder buscan la supremacía de uno sobre el otro, quién domina a quien.

Aparecen cuando quiero tener siempre la razón, cuando busco quedar por encima, cuando compito con el otro, cuando quiero ganar las discusiones, cuando quiero controlar lo que hace y deja de hacer el otro, quién gana más dinero, quien hace más cosas en casa…

Este modelo de relación se convierte en una batalla constante para ver quien controla y ordena y quien obedece; y se mantiene porque ambos miembros entran en esta competición.

Cuando competimos con nuestra pareja, estamos perjudicando la relación, se generan desequilibrios por una guerra de egos que lo único que hace es destruir lo que habéis construido y a nosotros mismos.

Las relaciones de pareja no consisten en ver quien es mejor, se trata de una unión para un bien mayor. Si a mi pareja le va bien, nos va bien a los dos, y si a mi me va bien, nos va bien a los dos.

Todos llevamos nuestras historias, nuestro pasado, carencias que arrastramos, vivencias que nos han marcado… a las relaciones de pareja. Al principio buscamos gustar a la otra persona y todo esto no aparece, sin embargo, con el tiempo el nivel de intimidad y compromiso aumentan y nos vamos mostrando más vulnerables.

Inconscientemente, es fácil caer en la idea equivocada de que nuestra pareja va a compensar o cubrir esas carencias, que va a solucionar todos nuestros problemas. Nuestro niño interior herido sale a ver salvado, protegido y cuidado olvidando que eso no es tarea de la pareja sino de los nosotros mismos.

Una pareja puede apoyarnos en nuestro proceso como acto de generosidad, pero no está para sanar nuestras heridas, este trabajo es individual.

Cuando negamos nuestro pasado o no queremos aceptar el pasado de nuestra pareja de alguna manera estamos rechazando una parte de nosotros y de él o de ella.

Con rechazar nos referimos a cosas que nuestra pareja haya podido hacer en el pasado, tambien si miramos mal a la familia del otro, o no respetamos relaciones anteriores propias o del otro, etc.

Rechazar el pasado hace que nos quedemos anclados en él, no nos permite avanzar y será un lastre en la relación. Acepta lo que ha pasado con gratitud porque eso os ha hecho ser las personas que sois ahora, os ha permitido la posibilidad de tener un presente juntos.

Las proyecciones consisten en ver en el otro lo que nosotros estamos sintiendo o pensando sobre nosotros mismos.

Las proyecciones son mecanismos de defensa y que inconscientemente hacemos todos, sin embargo, es importante darse cuenta de cuándo proyectamos sobre nuestra pareja y ser conscientes de que las proyecciones nos hablan de nosotros mismos.

Es muy fácil entrar en conflicto cuando no tenemos claras nuestras sombras y al verlas en el otro no las reconocemos como propias.

Otra forma que tenemos de responsabilizar al otro de nuestras historias es utilizando el victimismo y a manipulación emocional, algo que a la largo agota y daña mucho el vínculo.

Ni que decir tiene que las faltas de respeto no las deberíamos consentir con nadie, pero aún menos con nuestra pareja que es la persona con la que estamos construyendo un lugar seguro y de confianza mutua.

Lamentablemente, en ocasiones ese nivel de confianza se vuelve la excusa perfecta para que me descargue con mi pareja y cosas que no se nos ocurriría hacer jamás se las hacemos a la persona que más queremos.

Convertir la pareja en un lugar hostil, lleno de puyas, ironías, bromas sin gracia, descalificaciones, malos tonos, insultos, solo hace que hacer daño a los miembros de esta.

No deberíamos permitir que esto ocurriera por ninguna de las partes. No dejar que nos hablen mal y tampoco hablar mal al otro, ni siquiera cuando estemos enfadados, hay líneas rojas que no se deben cruzar y una falta de respeto es una de ellas. Estas dinámicas se vuelven tóxicas y acaban dinamitando la relación.

En las relaciones de pareja, vemos partes de nosotros que no conocíamos, algunas nos gustarán y otras no tanto. Desarrollar la capacidad de autoobservarnos, ver qué patrones, qué dinámicas, qué cosas nos molestan de nuestra pareja, cómo reaccionamos ante determinadas cosas, etc, es una gran oportunidad de aprendizaje. La pareja puede ser un gran espacio de crecimiento para ambos.

 

¿Has reconocido alguna de estas señales en tu relación?

¿Estás dispuesta/o a cambiar las cosas?

Cuéntame en los comentarios de qué te has dado cuenta.

 

Un abrazo enorme!!

Escríbeme si quieres saber más

Deja una respuesta

Pide Cita: 643 99 32 93
× ¿Cómo puedo ayudarte?