Contacto

Niña triste

Experiencias de infancia y dependencia

¿Te has preguntado por qué sufres dependencia emocional?

¿Crees que tu infancia puede estar influyendo?

El origen de la dependencia emocional depende de cada persona y es algo que, normalmente, debemos observar específicamente caso por caso, con más profundidad, en terapia individual.

Las causas del desarrollo de la dependencia emocional, en muchas ocasiones, provienen fundamentalmente de cuestiones que tienen que ver con las experiencias tempranas y de infancia.

Sin embargo, también podemos caer en una relación de dependencia en momentos de flaqueza a lo largo de nuestra vida. 

La familia es el lugar donde aprendemos a relacionarnos con el otro y, por ello, donde se gestan los principales problemas de relación interpersonal.

Algunas de las personas que sufren dependencia emocional son niños que han sido heridos, que desarrollaron la dependencia como forma de supervivencia a su contexto o situación pasada.

⚠️ Por supuesto, no podemos dejar de lado las experiencias que vivimos de adultos, además de las heridas de la infancia, también desarrollamos traumas en la edad adulta debido a relaciones de pareja anteriores disfuncionales u otras experiencias traumáticas, que nos pueden conducir a sufrir dependencia emocional como reacción al miedo del pasado.

En este artículo vamos a hablar de experiencias de infancia que pueden predisponer a sufrir dependencia emocional:

El niño/a se enfrenta a una ausencia o falta de cariño, frialdad familiar. Esto no necesariamente implica que haya habido rechazo o abandono.

El niño interpreta que no es querido o no es lo suficiente por si mismo como para ser querido, aceptado, amado… Muy posiblemente este niño haga todo lo posible por conseguir ese cariño que necesita, un gesto, una atención, una mirada.

El niño siente que no es adecuado, que tiene que modificarse a si mismo, ya sea, cambiando su imagen, su comportamiento, siendo lo que cree que sus padres quieren que sea, buscando cumplir sus expectativas, cuidándoles, …

También puede ocurrir que se vuelvan niños excesivamente independientes, que eviten la vinculación afectiva con los demás.

En este caso, son personas que se vuelven “evitadores de compromiso” y a esta forma de dependencia se le denomina dependencia oscilante.

La sobreprotección en sí misma no genera patrones de dependencia. Sino más bien provoca falta de confianza en uno mismo, problemas de autoestima, incluso ansiedad en algunos casos.

Estos niños, están muy bien cuidados en sus familias; en la sobreprotección clásica, la que todos conocemos, el niño/a lo tiene todo, consigue lo quiere, es el rey o la reina de la casa, alrededor del cual gira toda la familia.

Sin embargo, existe otro tipo de sobreprotección, la devaluadora, en la que los padres hacen todo por el niño/a, generándole una sensación de incapacidad, de que por si mismo no puede hacer ni conseguir nada, son padres que solucionan todo antes de que los hijos puedan hacer nada.

Esto genera niños con muchas inseguridades, con poca autonomía, muy dependientes, con dificultades para tomar decisiones por sí mismos.

El mensaje que leen de este comportamiento paterno es que “ellos no son lo suficiente”, “que no pueden”, “que no saben”, y esto les anula y les hace personas dependientes de otros e incapaces de hacer nada sin la revisión, supervisión o aprobación de sus padres.     

Tanto físicos como psicológicos. Cuando unos padres maltratan a sus hijos pegándoles, amenazándoles, gritándoles, insultándoles, con vejaciones, haciéndolos sentir vulnerables e indefensos, éstos construyen un yo débil o poco estructurado.

Las consecuencias para estas personas pueden ser muy graves ya que en cierto modo se rechazan a si mismos, y se pueden sentir culpables o merecedores de ese maltrato.  

Este punto tiene que ver con los roles que cada uno ocupa en la familia. Los padres son los padres, los hijos son los hijos, y la pareja es la pareja. En muchas familias estos roles se invierten.

Nos podemos encontrar hijos que son padres de sus padres, o hijos que ocupan el lugar simbólico de la pareja, alianzas entre unos miembros contra otros, relaciones fusionales entre un padre y un hijo, padres que utilizan a sus hijos para cuidarles, hijos chantajeados por sus padres…

Las pautas relacionales de la familia son las pautas que hemos aprendido y que utilizaremos fuera.

Cuando en una familia los hijos han sido “utilizados” por sus padres se sienten responsables de ellos, no han podido desarrollar una vida propia por tener que cuidar a sus padres, son personas que desarrollan una identidad basada en el cuidado de los demás y éste se convierte en el único propósito de su vida.

Se convierten en solucionadores de problemas, cuidan a todos y se preocupan por el bienestar de todos sin tener en cuenta que ellos se van hundiendo poco a poco.

Es importante aclarar que, aunque hayas vivido ciertas experiencias que te pueden predisponer a desarrollar dependencia emocional, no te condena a desarrollarla, solamente lo hace más probable.

Las personas que sufren dependencia emocional tienen un niño interior herido que todavía no han conseguido sanar. Están atrapados en las experiencias que vivieron de niños y en el comportamiento de supervivencia que tuvieron que desarrollar, que pudo surgir por diferentes motivos.

Y digo que están atrapados porque, ahora siguen actuando con esas estrategias que les sirvieron cuando eran niños/as, sin embargo, esas estrategias ya no les sirven puesto que ya no están en la misma situación.

Esto hace que se estén moviendo desde necesidades afectivas no cubiertas en la infancia, pretendiendo inconscientemente que sean sus parejas o los demás los que nutran esta carencia. Generándoles mucho sufrimiento porque no se suelen cumplir esas expectativas.

Si te encuentras en una situación de dependencia de tu pareja, familia o amigos, necesitas saber qué indagar en tu pasado, y ello te ayudará a comprender cómo has llegado a esa situación.

Necesitas trabajar en la desactivación de esos patrones y estrategias que desarrollaste en la infancia para poder liberarte de ellos, necesitas sanar a ese niño que quedó atrapado en el dolor.

 

Ahora tienes las herramientas como adulta/o para hacerlo, ¿a qué esperas para liberarte de la dependencia? ¿A qué esperas para ser feliz?

 

Un abrazo enorme!!

Escríbeme si quieres saber más

Deja una respuesta

Pide Cita: 643 99 32 93
× ¿Cómo puedo ayudarte?