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Cómo gestionar mejor tus emociones

¿Tus emociones te abruman?

¿Sientes que necesitas mejorar la forma en la que gestionas tu emociones?

¿Te cuesta conectar con tus emociones?

Para contarte cómo gestionar mejor tus emociones voy a explicarte primero rápidamente de una manera muy muy básica cómo aparecen y por qué es importante aprender a gestionarlas bien.

¿Cómo funcionan las emociones?

Las emociones nos sirven para reaccionar automáticamente frente a diversas circunstancias y pasar a la acción buscando el bienestar, la supervivencia, o un estado de calma.

Cada emoción nos da información sobre lo que pasa fuera, por ejemplo el miedo nos avisa de que algo es peligroso, la tristeza de que hemos perdido algo importante para nosotros, y así el resto.

La emoción en sí misma es una combinación de sensaciones corporales y pensamientos.

Cuando surge un acontecimiento, un recuerdo, un pensamiento, nos dispara una emoción o varias y con ella aparecen sensaciones físicas y pensamientos asociados.

Las funciones de la emoción

  1. La emoción es una señal para nosotros mismos
  2. La emoción nos prepara para la acción
  3. La emoción vigila el estado de nuestras emociones
  4. Las emociones evalúan si las cosas nos van bien
  5. Las emociones sirven de señales a los demás
  6. La expresión es importante, pero pede que no siempre se corrija lo que está mal
  7. Decidir cómo actuar frente a la señal es importante
  8. El pensamiento pone la emoción en perspectiva y hace que tenga sentido
(Sacado del libro «Emociones una guía interna» de Leslie Greenberg)

Importancia de gestionar bien las emociones

La capacidad que tengamos para gestionar esas emociones influirá en la rapidez para volver a ese estado de calma y de tranquilidad. Eso no significa que vaya a haber situaciones en las que me va a costar más recuperar ese estado de calma quizás por la intensidad de la emoción o por la acumulación de cosas ese día.

Qué ocurre cuando no consigo recuperar ese estado de calma bien porque la emoción me abruma o bien porque evito esa emoción, o hago como que no existe. Lo que acaba ocurriendo es que las emociones se acumulan y si yo no voy siendo capaz de ir integrando e ir asimilando bien las emociones va a llegar un momento en el que se me va a hacer bola y cada vez voy a estar en un estado más alterado.

Mucha gente se ha acostumbrado a vivir en un estado desregulado. Esto no significa que tenga que estar constantemente analizando y sintiendo todo lo que me está pasando sino que de vez en cuando o con las emociones más intensas permitirme parar a escuchar que me está pasando.

El proceso emocional

Entonces qué hacemos cuando se me dispara una emoción para volver a ese estado de calma. vamos a dividir el proceso en dos partes primero acceder a la emoción y después salir de esa emoción

A. Acceder

1. Ser consciente

Para acceder a la emoción lo primero que tenemos que hacer es parar y ser conscientes de que nos está pasando y qué estamos sintiendo, escuchar las sensaciones de nuestro cuerpo.

2. Respetar la experiencia

Lo segundo es respetar la experiencia que estamos teniendo sin intentar cambiar nada, sin intentar evitarla intentando no sentir, o interrupiéndola, permite que salga.

3. Darle sentido

Dale sentido a eso que estás sintiendo, es decir, ponle palabras, no necesitas tampoco contárselo a nadie, simplemente, empezar a procesar por qué te está pasando lo que te está pasando.

Expresar hacia afuera y salir de la rumiación puede ayudar, es decir, escribir, dibujar, hablar con alguien, ponerme a hablar en alto; expresar de alguna manera nos ayuda a salir de la cabeza y de darle vueltas sin parar.

4. Identifica tu emoción raíz

Una vez lo sepas identifica cuál es tu emoción raíz, porque a veces sentimos una emoción que es una reacción a la emoción raíz, es decir a veces estoy enfadada pero en el fondo lo que tengo es miedo. En este caso el enfado sería una reacción que protege de sentir el miedo. Mi emoción raíz o emoción primaria sería el miedo.

Tenemos que identificar cuál es nuestra emoción primaria. 

5. Evalúa si es sana o no

Evalúa si esa emoción que estás sintiendo es sana o no.

Esto es muy fácil, piensa que una emoción es una señal que tenemos que nos prepara para actuar o para defendernos o para para para la acción.

Una emoción sana sería un enfado como reacción a una invasión de mis límites.

En cambio, una emoción no es sana cuando se basa en un aprendizaje previo. Por ejemplo, mi pareja me ha dicho que va a salir con sus amigos y yo siento enfado y le ataco porque lo que se me activa es un patrón de infancia de abandono.

Cuando tu emoción no es sana o es adaptativa normalmente te vas a sentir desorganizado. No te sueles sentir mejor después de haberla hecho caso.

Te pongo un ejemplo, la sensación de impotencia de sentirte víctima de sentirte invisible de tener una profunda sensación de haber sido herido sensación de vulnerabilidad de inseguridad de sentir vergüenza falta de valía de no sentirte amado de no ser merecedor de amor…

B. Salir

6. Emoción Saludable o adaptativa 

Cuando las emociones son saludables o adaptativas, respeta ese sentimiento, y pregúntate qué necesitas.

7. Emoción no saludable o desadaptativa

Cuando las emociones no sean saludables o desadaptativas, primero identifica las voces negativas o los pensamientos intrusivos, por ejemplo, me siento humillado, no sirvo para nada, no merezco amor, no puedo…

Transforma tus creencias cuestionándolas y busca esa calma desde tu lado más saludable. Intenta darle voz a esa parte de ti qué respondería con comprensión y compasión.

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