Tomar la decisión de comenzar un proceso terapéutico no siempre es algo fácil, implica admitir que necesitas ayuda y para eso hay que tener mucha valentía.
Quizás, nunca te planteaste que algún día pedirías ayuda a un psicólogo/a y tener que hacerlo ahora te descoloque un poco. Pero, no te preocupes no eres el único o la única, al fin y al cabo, todos necesitamos ayuda en algún momento.
Aquí te dejo algunos aspectos básicos que debes saber y que te pueden ayudar a afrontar tus primeras sesiones de terapia.
Es un proceso
Lo primero que debes saber es que la psicoterapia es un proceso que requiere tiempo para ver resultados.
¿Cuánto? Depende.
Depende de lo que necesites, de la gravedad, del momento que estés viviendo, de cómo te afecte específicamente a ti eso que te pasa.
Es muy importante respetar el ritmo que necesitas sobre todo si hablamos de experiencias traumáticas.
Tienes que saber que no vas a mejorar en una o dos sesiones, puede que al principio te sientas más aliviado/a o puede que, por el contrario, aumenten los síntomas y el malestar. Esto es perfectamente normal, ten en cuenta que al ir a terapia empiezas a mirar los problemas de frente, problemas, muchos de ellos, que llevaban años bajo la alfombra.
No es de extrañar que al parar a mirarlos nos sintamos peor que antes de empezar. Sin embargo, esto no es para siempre, con el tiempo te irás sintiendo mejor a diferencia de cómo te sentirías si no hubieras iniciado terapia.
Date tiempo
Puede que te sientas algo abrumado/a al pensar en tener que contarle tu vida a una persona que, además, no conoces de nada. Tómate tu tiempo para sentirte en confianza, no tienes por qué contarlo todo en la primera sesión.
La terapia es un espacio seguro, libre de juicios; en las primeras sesiones decide si te sientes cómodo/a y si sientes confianza con el profesional que te acompaña.
Requiere compromiso
Ir al psicólogo no es como tomar una pastilla para el dolor, requiere de una actitud activa por tu parte.
Requiere de un compromiso contigo, de que trabajes para estar mejor con la ayuda y el acompañamiento del profesional. Pero, desde luego, que, si esperas que el psicólogo solucione tus problemas sin tú hacer nada, es muy probable que te frustres y te decepciones con la psicoterapia.
Durante las sesiones
La terapia no es un sitio al que ir a contar mis problemas y ya está. Durante las sesiones vamos a ir entendiendo lo que te pasa desde otra mirada, integrando las emociones que se quedaron atascadas a lo largo de tu historia, y sanando las heridas que aun hoy te están afectando de alguna manera.
Durante el proceso terapéutico es posible que aparezcan cosas que no sabías que estaban ahí, creencias, sentimientos, emociones, recuerdos… que están influyendo en tu vida. Te invito a que te mantengas abierta/o a trabajar aspectos que no esperabas.
Después de las sesiones
Al acabar las sesiones es muy posible que te sientas muy cansado/a, si puedes te recomiendo que te des un poco de espacio después de las sesiones para estar contigo, darte un paseo, descansar, hacer algo para ti, para mimarte.
Es perfectamente normal que después de la terapia sientas que no tienes muchas ganas de hacer cosas o de ver a gente o que no rindes igual. Procura respetar tus tiempos, lo que estás haciendo no es fácil, estás sanando cosas y eso mueve mucho internamente.
¿Todavía te quedan dudas acerca de la terapia?
¿Aún te asusta ir al psicólogo?
Escríbeme si quieres saber algo más.
¡Te mando un abrazo enorme!
Almu